Insólito: Algunos casinos prestan dinero al jugador adicto para que siga apostando si se queda sin recursos.
Le prestan hasta un millón por un sistema de créditos que pueden pagarse en un plazo máximo de un año.
Esto suena absurdo, pero es real y más real es que Colombia se saturó de casinos.
Sí, es un negocio, pero creo que debería tener limitaciones pensando en el bien de la gente.
Claro que eso no le interesa a los gobernantes y de ahí la notoria proliferación de estos lugares.
Esos negocios deberían destinar un porcentaje de sus pingues ganancias a luchar contra la ludopatía y sus terribles estragos.
Es una adicción mil veces más dañina que la de las drogas o el licor, como bien lo sabemos todos los terapistas y consejeros.
¿Acaso piensan en esto los que hacen las leyes? No, porque hay muchos intereses de por medio. Así de simple.