Jorge Iván Castaño
LA PATRIA | NEIRA
Javier Henao, de 60 años, salió de su vivienda el pasado lunes 21 de enero con destino a una finca en el sector La China, de la vereda Pueblo Rico, de Neira. El recorrido que empezó temprano en compañía de unos amigos terminó mal, pues al final del día Javier desapareció.
Ese lunes, como de costumbre, Javier y sus amigos se desplazaban para Neira a las 5:00 de la tarde. La caminata iba bien, unos adelante y otros atrás. El hombre de 60 años que carece de vista no vio un precipicio y rodó por este, alcanzó a gritar, pero no lo escucharon sus compañeros, hasta que lo detuvieron unas ramas.
Mientras Javier luchaba por no rodar más, sus amigos llegaban al municipio y se daban cuenta de que el hombre no estaba, esperaron un tiempo prudente y dieron parte a las autoridades y familiares.
Al día siguiente, martes 22, decidieron recorrer el camino que habían transitado el día anterior, pero no encontraron huellas. "Como pude llegué, en medio de la oscuridad, al borde de una quebrada. Veía poco y caminé sin saber por dónde iba, caminé y caminé sin llegar a ninguna parte, todo era monte y oscuridad. Me pasé abriendo camino toda la noche con mis manos, porque el machete lo perdí", relató Javier.
Caminando por días
"Los días siguientes seguí caminando sin salir a ninguna parte, no se cuánto tiempo lo hice. Muchas veces el cansancio me vencía y dormido me quedaba en medio del monte. Comí hojas y cualquier cosa que viera que me sirviera de alimento, ni un buzo, ni camisa de manga larga portaba lo que me hacía más difícil estar dentro del monte", comentó el campesino.
Así pasó Javier lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Su familia perdía las esperanzas de encontrarlo y pensaban que había muerto de alguna forma extraña. La Unidad de Desaparecidos de la Fiscalía enviaba a los medios de comunicación el volante informando de su desaparición.
El pasado viernes 25, Javier logró salir a un camino en donde se encontró con algunos agricultores. "Me dio mucha alegría. Estaba cansado y aporreado en todo el cuerpo. Les pedí ayuda y me dieron aguapanela, luego me llevaron hasta una finca en donde me dieron alimentos y me prestaron un teléfono para llamar a mi casa", cuenta el hombre.
Al lugar acudieron los bomberos, quienes le hicieron una valoración médica y posteriormente lo trasladaron al hospital. "Siempre estuve consiente a pesar de haber pasado cinco días perdido, gracias a Dios aquí estoy con mi familia solo con laceraciones en mi cuerpo que pueden ser superadas", relata Javier quien ahora está en su vivienda bajo el cuidado de sus familiares y afirma que la próxima vez que salga a caminar tendrá más cuidado de no despegarse de sus compañeros.
Caso reciente
El pasado 20 de enero de este año, el pescador Jairo Sánchez Agudelo, de 63 años, se perdió en una zona boscosa ubicada a 15 minutos del casco urbano de Viterbo. El señor indicó que se extravió de forma extraña, aseguró que un duende había sido el culpable.