
La posición del Gobierno de no aceptar un cese bilateral con las Farc y los recientes secuestros de policías por parte de ese grupo guerrillero, podrían afectar las negociaciones que se adelantan en Cuba, así lo concluyeron algunos analistas.
Por un lado, el presidente Juan Manuel Santos dijo que “el conflicto continúa” y que las acciones militares no van a cesar hasta que se establezcan acuerdos. Por el otro, queda claro que a pesar de la promesa de no secuestrar más con fines extorsivos, las Farc no le han cerrado la puerta a otro tipo de privaciones de la libertad.
"La decisión del Gobierno colombiano ha sido clara: nosotros no vamos a bajar la guardia en ningún frente y mucho menos en lo militar sino hasta que lleguemos a los acuerdos, o sea que el conflicto continúa y eso lo digo porque seguimos condenando todas las acciones violentas, crímenes y delitos que se cometen a diario por parte de las Farc", aseguró el Jefe de Estado.
Hasta el momento, Santos no ha hecho referencia pública al secuestro de los uniformados, pero indirectamente le mandó un mensaje a las Farc al decir que rechaza de forma contundente que se prive la libertad de colombianos, “ya sea de civiles o colombianos que están en uniforme cumpliendo con su deber”.
Sobre el tema, algunos expresidentes ya se pronunciaron. Según Álvaro Uribe, es cuestionable que el Gobierno Santos adelante una negociación con un grupo guerrillero que comete actos de terrorismo. “No sé qué es peor, si el secuestro terrorista de nuestros policías o la permisividad del Gobierno de dialogar con el grupo terrorista secuestrador”, señaló.
Por su parte, el exmandatario Cesar Gaviria advirtió que ese tipo de actos podrían quebrantar seriamente el proceso de paz con la guerrilla, sin embargo, aclaró que es partidario de que se firme la paz con quiénes tienen la disposición para alcanzarla.
“El Gobierno nunca quiso hacer un cese bilateral. La guerrilla tiene que ver en qué medida las cosas que hacen pueden frustrar el proceso. El hecho de que no haya un cese al fuego no significa que se les pueda ocurrir hacer todo lo que se le pase por la cabeza”, sostuvo Gaviria.
Para el analista Alfredo Rangel, actos como los secuestros sí podrían tener implicaciones en la suerte del proceso de paz. Además dijo que tendrían como propósito presionar al Gobierno y poner sobre la mesa nuevamente el tema del intercambio humanitario.
“Podrían tener implicaciones en la suerte del proceso de paz, porque estos secuestros de la Fuerza Pública se podrían estar haciendo para presionar nuevamente la salida de los guerrilleros presos de las cárceles mediante el denominado acuerdo humanitario. Creo que la confianza y la credibilidad del proceso se puede ver seriamente afectada”, aseguró Rangel.
Además, expresó que si el Gobierno tolera esa escalada de terrorismo y de violencia se estaría poniendo en riesgo la credibilidad de las negociaciones en La Habana. Según su criterio, el cese bilateral no es una opción en este momento, pero lo que debió haberle exigido el Gobierno a la guerrilla y, todavía lo puede hacer, es un cese unilateral e incondicional.
“El pecado original de este proceso de paz es que el Gobierno hubiese aceptado negociar en medio de la violencia y el terrorismo, y las Farc pueden usar eso para presionar al Gobierno en la mesa de conversaciones, lo cual resulta totalmente insoportables para la opinión pública que si retira su apoyo a los diálogos se afectarían", agregó.
Por su parte, el director de la Fundación Nuevo Arcoiris, León Valencia, señaló que la regla que puso el Gobierno, desde un principio, fue dialogar en medio del conflicto y eso significa ataques de parte y parte, lo que generaría desconfianza entre la sociedad colombiana.
“Este tema del secuestro es tan sensible para el país y uno de los fenómenos más repudiados por la gente, ese tipo de hechos crean malestar y que la opinión tenga desconfianza. Además es aprovechado por los enemigos de la negociación”, sostuvo Valencia.
De acuerdo con el Director de Nuevo Arcoiris, para generar un buen ambiente para el proceso es importante ir "desescalando y reduciendo el conflicto".
"Yo veo difícil que se decrete de nuevo un cese unilateral, porque en la pasada tregua sufrieron golpes fuertes como en Nariño y en Chocó y esto crea en las tropas de las Farc se desmoralicen de cierta forma, pero sería lo mejor si se quiere lograr la paz”, puntualizó.