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JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
"Son cuatro en mil, llévenlo, llévenlo, está muy barato, mire el decorado tan bonito, llévenlo, llévenlo, son cuatro en mil".
Con este estribillo Maira Alejandra Serna y su hermana menor, Paula Andrea Londoño, se ganan literalmente la vida desde el pasado 17 de diciembre, fecha en la que generalmente salen a la Carrera 23, tal y como lo acostumbran desde hace unos seis años para rebuscarse en Navidad.
Aunque Maira asegura que no hace nada durante el resto del año, para referirse a que no trabaja, el despertar del espíritu navideño y el amor por su hijo, Esteban Gutiérrez, de ochos años de edad, le despiertan el deseo de salir a las calles a vender papel de regalo y levantarse unos pesos más.
¿Por qué precisamente ese artículo? Maira resalta que es un buen negocio, pues no tienen mucho qué hacer, salvo comprarlo al por mayor y ponerse a vender, logrando en ocasiones negociar hasta 200 y 300 pliegos al día.
"El problema es que ahora el papel está más caro, y esto ha estado muy duro, pues se ve mucha gente, pero no compra, y solo tenemos hasta el 24, de ahí para adelante no más". El año pasado se hizo como $300 mil, y ahora espera siquiera unos $400 mil.
Paula, su hermana, sonríe y mientras replica que no tiene hijos, y ya va en el grado octavo en el Colegio Siete de Agosto, con cierta firmeza asegura que nadie la manda, y que es una forma de ayudar en su hogar. "Además para tener platica para la pinta", asegura.
Por la cuadra
Al lado de ellas, por la carrera 23, cerca del Palacio Justicia, está Luz Elena Ospina, quien sostiene que el gran problema es que hay mucho envidioso y no dejan trabajar. "Vendo papel regalo, tarjetas, perros, bolsas de papel regalo", indica. Su condición es diferente. Ella a diario se gana la vida en la calle con la venta de minutos, pero para Navidad aprovecha esta opción, pues las ventas se disparan y le permiten obtener un mejor ingreso. "Pero como le digo, cuando no hay tanto envidioso, porque quien tiene un módulo va y lo echa a uno al agua con Espacio público".
Más adelante se encuentra Mirian Tatiana Castillo, quien asegura que es la primera vez que decide lanzarse a la calle, también por el llamado de Navidad.
Con ella la historia se repite. Su interés es conseguir un dinero extra para llevarle un presente a su bebé de cinco meses. "Pensé las cosas, más que todo en mi hijo y me decidí a salir. Ahora mi meta es vender todos los papeles de regalo y que me vaya bien para comprarle ropita, leche, pañales, de todo", dice esta madre cabeza de hogar, de solo 19 años de edad.
Unas cuadras más adelante se encuentra Andrés Felipe Álvarez, quien resalta que aunque es un vendedor continuo, no tiene un enfoque especial. "Primero vendo velas, después papel encerado, pesebrería, luego espigas y cuando llegan las ferias, ron, gaseosa, lo que sea", dice este joven que asegura que el dinero es para responder por su mamá.
Apenas se graduó el pasado 7 de diciembre de bachiller, y su meta es entrar al Sena a estudiar mercadeo y ventas o mantenimiento de software, explica, mientras hace énfasis en que nos puede seguir contando toda su vida, pero eso sí, "fotos nanai".
Michael y Óscar David, están más adelante, en la misma carrera 23, y mientras cuentan algo de sus vidas, entre risas y algo de pena, sostienen que a sus 17 años su vida es más "hard". Hace unos siete años trabajan en la calle, unas veces con carreta vendiendo mangos, granadilla o papaya y en Navidad con papel regalo y juguetería. "La vida es así...sas, pero en Navidad nos va bien y en un día vendemos hasta 300 pliegos. El año pasado me quedaron $280 mil", dice Óscar David.
Resaltan que la platica va para ayuda a la casa, pues no tienen hijos. "qué pereza a esta edad, yo trabajo es para comprarme el estrén" dice Michael.
En medio del recorrido que concluye en el Parque Caldas, las historias de los rebusques continúan, cada una llena de deseos de llevar dinero adicional a su casa, de festejar "a lo bien", como dice Michael, y demostrar el espíritu emprendedor que los embarga, todos envueltos en negocios de papeles de regalo y metidos en un sueño de Navidad.
Luz Elena Ospina es vendedora ambulante, pero sostiene que hay mucho envidioso que no deja trabajar.
Mirian Tatiana Castillo es la primera vez que decide lanzarse a la calle, también por el llamado de Navidad.
Michael y Óscar David, ambos de 17 años, aseguran que están acostumbrados a "guerrearla" vendiendo mangos, papayas y granadilla.