Una persona inquieta visitó a un sabio y le pidió que lo instruyera en el arte de amar, convivir y armonizar.
El Maestro le dijo que para estar en paz y no vivir desolado, sin ganas y sin ímpetus ante la adversidad aprendiera de la naturaleza.
Lo llevó a la cocina, llenó tres ollas con agua y las puso a hervir. En una puso una zanahoria, un huevo en otra y unos granos de café en la tercera.
Más tarde sacó la zanahoria y el huevo, coló el café y pidió al visitante que tocara cada cosa y probara la aromática bebida.
Luego, satisfizo la expectativa de su visitante y le dijo que valorara esta valiosa lección:
"Estos tres elementos enfrentaron el mismo rigor del fuego y cada uno reaccionó de un modo diferente.
La zanahoria era dura y se tornó blanda, el huevo, frágil en su interior, se endureció y los granos son ya una rica bebida.
Bueno, en la vida todo depende de tu reacción y de la habilidad para sacar algo bueno de la adversidad. Tú eliges la respuesta y el amor es el faro que te guía".