El Tribunal Administrativo de Antioquia ordenó al Ejército Nacional hacer una ceremonia pública donde ofrezca disculpas y condene la masacre ocurrida en San José de Apartadó el 21 febrero de 2005.
Este grave hecho que provocó un gran desplazamiento desde las veredas La Resbalosa y Mulatos, donde ocurrió la matanza, tendrá una placa que conmemorará la muerte de seis adultos y dos niños.
El Tribunal también ordenó hacer los correctivos dentro de la institución para que estas cosas no vuelvan a ocurrir y afirmó que el Estado es "administrativamente responsable" por la falta de protección de la Fuerza Pública, además de la participación de la Fuerza Pública en la masacre lo que llevó a este terrible crimen.
La defensa en el proceso argumento que la Fuerza Pública no tenía ninguna responsabilidad en un acto cometido por grupos armados ilegales y agregó que es imposible tener un soldado o policía por personas para responder por su integridad.
La Alcaldía de Apartadó, contrario a lo dicho por la defensa, afirmó que al tratarse de ser una zona de enfrentamientos, las autoridades debían de ofrecer una mayor protección.
La Procuraduría también se opuso y sostuvo que había una "flagrante responsabilidad del Estado por la ejecución extrajudicial de estas personas" y de paso una responsabilidad en la muerte de estos dos menores de edad.
En esta incursión paramilitar murieron seis adultos, una niña de 5 años y un bebé de 18 meses. Los paramilitares alias Águila 6, Cobra, Cuatro Cuatro y Makeison, según testimonios de desmovilizados, los habrían asesinado al concluir que se podrían volver guerrilleros cuando fueran adultos.