John Harold Giraldo Herrera
John.giraldo.herrera@gmail.com
Ver No, resulta experimentar un sí. Es un acierto sorprendente presenciar una película con tanta creatividad, con los artificios necesarios para disfrutar y obtener una panorámica del suceso acontecido en la dictadura en Chile de Pinochet cuando se convocó a un plebiscito para decidir la suerte de la dictadura. Lo que vemos entonces son todas las intríngulis que rodearon los procesos publicitarios, la oposición al igual que el sector oficial contaban con 15 minutos de espacio televisivo para convencer a la población y nosotros asistimos a ese debate, cómo fue, cómo se movió el proceso.
No, estuvo nominada a los Óscar como mejor película extranjera y se pensaba que iba a obtener el galardón como lo hiciera en 2011 la estupenda El secreto de tus ojos. K, cumple con todos los requisitos de una película latinoamericana, pero más que eso, de una película universal. Nos muestra un conflicto social, nos narra de modo que captura nuestra atención, juega con el video como un modo subjetivo de encuadrar personajes y situaciones. Nos hace creer que la publicidad es una mentira pero con ella se cumple un cometido, hacer vivir la alegría.
Todo empieza por un comercial, los creativos, en este caso el papel es asumido por Gael García, se encuentran mostrando que Chile está preparada para un nuevo contexto, para el futuro, de repente lo que vemos es la promoción de un producto y luego escenas más tarde, vamos a ver la oferta de otro producto: el No. No a que la dictadura continúe en el poder. Por tanto, empieza el ingenio de Gael quien asume el papel del publicista René Saavedra, para convencer a los del No a que hagan algo más poderoso y menos lastimero.
Lo que podemos palpar es una imagen sobre lo que implica convencer a una población, en ese momento alineada a Pinochet, sobre una idea, la idea de cambiar, de pensar en el futuro, como también estar preparados para afrontarlo. El director de esta cinta es Pablo Larraín, un individuo que ha hecho películas un tanto estrafalarias, muy simbólicas, y bastante dicientes de esa realidad que marcó a Chile como a Latinoamérica: las dictaduras. Su visión es ambigua, no toma un bando específico aunque, al situarnos con una cámara de vídeo y hacernos pasar la historia con imágenes de televisión y archivo, y ponernos en el presente con la misma cámara, nos entrega un foco, un posicionamiento: de defensa de la alegría; el punto crucial con el cual se edifica la opción del No en el plebiscito y ese artificio resulta efectivo, novedoso, arriesgado, pero consigue el cometido.
Larraín hizo también una película ostentosa, muy fuerte en términos de cómo nos mostró la culminación de Allende en el poder, se trató de Post Mortem, Con No parece conectar su trabajo, porque si bien en esta es la salida de Pinochet, en ambas se vale de un protagonista. En Postl Mortem es un auxiliar en la morgue y quien quiere enterrar su pasado, en cambio René quiere vivir en un mejor futuro. Personajes que hilan las historias, y nos presentan desde el gran ojo una visión de la Chile convulsionada por los conflictos sociales.
No es poder viajar en la historia, divertirnos (suena complejo, como le sucede a los opositores al régimen de Pinochet) pero igual ser un observador de unas realidades cruentas, de cómo el poder se empotró y quiere impedir que los otros planteen una idea de futuro distinta. Vivimos la alegría, la de un anuncio, la de una guerra campal: la de la imagen. Los arsenales para combatir son los entregados por la publicidad, más los nefastos hechos del régimen por impedir que los otros ganen. De hecho el Plebiscito es convocado por ellos y saben que lo ganarán. Pero las estrategias de la oposición son incluyentes y combaten con la ilusión, con la felicidad, con la sinceridad de estar haciendo lo justo. El No, nos convence, como lo hace la película de Larraín. La alegría es la película, y es un destello de felicidad saber de películas tan compactas como tan fuertes en su estructura. La narración de No, es un Sí, un sí, por ser un acierto cinematográfico, se corea en la campaña del Plebiscito: “Chile, la alegría ya viene” y en realidad aunque la película sea fea en términos estéticos (es una intención por el uso del video) es alegre en términos de lo que cuenta y cómo lo cuenta, de modo que es una alegría ver venir semejante película.
R-
Ficha técnica
Año: 2012
País: Chile
Duración: 118 minutos
Director: Pablo Larraín
Guión: Pedro Peirano, a partir de la obra de teatro El plebiscito de Antonio Skármeta
Música: Carlos Cabezas
Fotografía: Sergio Armstrong
Actores:
Gael García Bernal, Alfredo Castro, Luis Gnecco, Antonia Zegers, Néstor Cantillana, Alejandro Goic, Diego Muñoz, Jaime Vadell, Marcial Tagle, Manuela Oyarzún, Pascal Montero, José Manuel Salcedo y Enrique García.
Productora: Coproducción Chile-México-Estados Unidos; Fabula production / Participant Media / Funny Balloons
Género: Drama. Comedia. Comedia negra. Política. Dictadura chilena. Años 80
Premios:
2012: Oscar: nominada a la mejor película de habla no inglesa
2012: Festival de Cannes: Premio Quincena de Realizadores a la mejor película
2012: Festival de La Habana: Mejor película
Página web: http://www.nolapelicula.cl