
EFE | LA PATRIA | Caracas
Los principales candidatos para las elecciones presidenciales de Venezuela del próximo 14 de abril, el mandatario encargado, Nicolás Maduro, y el líder opositor, Henrique Capriles, se acusaron ayer, mutuamente, de sembrar el odio en el país y ambos pidieron a Dios que los libre de la maldad del otro.
Maduro y Capriles, además, recordaron que era Domingo de Ramos, por lo que pidieron a Dios por el país que cada uno defiende. Incluso, el candidato oficialista rezó junto a sus partidarios concentrados en el estado Lara (oeste) un Padre Nuestro por la memoria del presidente fallecido Hugo Chávez.
"Ahora la minoría de los partidos del odio, del candidato del odio, dirigen su campaña contra el pueblo (...) frente a su odio, frente a su obsesión, le decimos va de retro satanás, bien lejos con tu odio, tu odio me resbala", dijo Maduro, que fue designado por Chávez como candidato casi tres meses antes de morir.
El mandatario encargado recordó a los chavistas, que se concentraron para apoyarlo, que el líder fallecido "se sacrificó por el pueblo de Venezuela" y "entregó su vida" por ellos, y se refirió a Chávez, como ya es costumbre, como el "comandante supremo" y "presidente eterno".
Capriles, por su parte, encabezó actos de campaña en los estados Yaracuy y Lara en los que recordó a sus seguidores que él es un "hombre creyente que fortalece su fe todos los días" y les dijo que apelaba "al sentido cristiano" y a la fe de los asistentes para luchar por Venezuela.