Las marchas cafeteras; la alianza público privada para inyectar emprendimiento en la ciudad; la crisis de la educación católica en Manizales; y la empantanada del Sistema Integrado de Transporte, son algunos de los sucesos que ocurrieron en el 2012 a nivel regional que no podemos dejar olvidados en la memoria. En efecto, en muchos de ellos hay tareas pendientes, esfuerzos por hacer, convocatorias por cumplir, en fin, tenemos deudas y tendremos que asumirlas con juicio en el 2013.
La situación cafetera no será fácilmente resuelta, menos cuando la dependencia del sector del presupuesto nacional crece y crece. Habrá límites, el Estado tendrá otras prioridades más urgentes, en términos de justicia seguramente habrá otras regiones con mayores necesidades básicas no satisfechas… Por ello, los cafeteros tienen que arreglar sus cargas ellos mismos, con ayuda del Gobierno, pero buscando estrategias realmente sostenibles en el tiempo. Las marchas han sido un campanazo, hay que llegar al fondo de las cuestiones que tienen que ver con la competitividad de nuestra caficultura en las nuevas condiciones del mercado internacional y de las variables macroeconómicas colombianas, entre ellas la tasa de cambio. La Federación de Cafeteros tiene que asumir un rol mucho más activo, creativo e innovador para buscar salidas para la caficultura nacional.
El emprendimiento implica un profundo cambio de mentalidad existencial. La alianza que se ha realizado para el efecto entre el sector privado, las universidades y entidades oficiales, con el acompañamiento de una de las principales universidades de los Estados Unidos en el tema, Babson College, hay que aprovecharlo, amplificarlo y darle apoyo serio desde las tribunas oficial y empresarial. Ahí está la posibilidad de que cambiemos la historia económica de Manizales y Caldas. Pero ello demandará muchos esfuerzos bien articulados para impactar decididamente la ciudad. ¡No dejemos perder esta gran oportunidad!
Las comunidades religiosas y la misma Arquidiócesis de Manizales tendrán que asumir rápidamente y con mucha seriedad el nuevo formato de Oferta Educativa Católica en la región. Así como van las cosas no es lo mejor. Muchos planteles educativos han perdido el patrocinio oficial, otros sencillamente han ido perdiendo estudiantes, no pocos de los colegios de religiosos están comenzando a sentir graves problemas financieros, que terminan impactando negativamente la calidad de la educación que imparten. Hay que detener este desangre, esta lenta agonía, y tomar decisiones de Iglesia, para que la ciudad y la región cuenten con una buena oferta educativa católica, que asegure la formación en valores cristianos y ciudadanos, y que sea sostenible en el tiempo.
Los líos de movilidad solo se arreglan con los Sistemas Integrados de Transporte. Pero ponerlos en marcha se requiere conocimiento técnico del asunto, esto no es un tema de aficionados o personas con buena voluntad. Ya lo hemos visto en los últimos tres años en Manizales se han cometido muchos errores. Y en segundo lugar, falta de pantalones y decisión política de los alcaldes. Hemos visto cómo el alcalde de Cali puso en su sitio a los transportadores, igualmente el de Medellín. Son poderosos los empresarios del transporte y tienen mucho lobby, pero hay que ponerles rostro. El interés general está por encima, muy por encima, de sus intereses particulares, muchas veces no tan santos. El transporte es uno de los aspectos más importantes en la competitividad de una ciudad y en la capacidad de generar bienestar para los ciudadanos. Aquí el alcalde no se puede equivocar, su gran responsabilidad es con la ciudad y el futuro. ¿Será que antes de terminar el 2013 podremos contar con un sistema eficiente en Manizales?
Con optimismo y con esperanza, que estas tareas pendientes del 2012 seamos capaces, entre todos, de sacarlas adelante.
¡Un muy feliz año 2013!