
EFE | LA PATRIA | Bruselas
La Unión Europea (UE) volvió a pedirle ayer a Pyonyang diálogo con la comunidad internacional y aseguró que una solución duradera al conflicto y una península de Corea desnuclearizada son las mejores garantías de un futuro mejor para el país.
"La UE apoya contundentemente el enfoque del Consejo de Seguridad de la ONU y llama a la República Popular Democrática de Corea a volver a comprometerse de forma constructiva con la comunidad internacional", señaló en un comunicado el portavoz de la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton.
La alta representante de la UE mantuvo ayer una conversación telefónica con el nuevo ministro de Exteriores de Corea del Sur, Yun Byung-se, con quien analizó la situación en la península y se comprometió a seguir en contacto.
Ashton, según la nota, espera que Pyonyang trabaje para "una paz duradera y para la seguridad en una península de Corea desnuclearizada" como la "mejor fórmula para garantizar un futuro más próspero y estable" a Corea del Norte.
Además del conflicto norcoreano, Ashton trató con Yun las relaciones bilaterales y subrayó la intención de la UE de seguir mejorando su "excelente relación con Corea del Sur", en especial trabajando en la aplicación del acuerdo de libre comercio negociado entre las partes.
Corea del Norte desafía al Sur
Seúl. Corea del Norte anunció ayer la retirada temporal de sus 50.000 trabajadores del complejo industrial de Kaesong, un acto sin precedentes que, en plena tensión, profundiza la crisis entre las dos Coreas en torno a su único proyecto conjunto.
"Vamos a detener temporalmente las operaciones del complejo y consideraremos su cierre", sentenció un alto mando del régimen, que declaró a Corea del Sur "completamente responsable" de lo que suceda en Kaesong, cuya continuidad podría correr peligro en un momento de grave crisis política en la región.
Kaesong, donde las empresas de Corea del Sur obtienen beneficios económicos al fabricar diversos productos con una extremadamente barata mano de obra norcoreana, representa una importante fuente de divisas para Corea del Norte, cuya economía se halla sumida en la crisis desde los años 90.
Los aproximadamente 54.000 obreros del Norte que trabajan en el complejo reciben un salario medio de 134 dólares al mes y, de ese dinero, el régimen de Kim Jong-un se apropia del 45 por ciento, según datos del Ministerio de Unificación surcoreano.
Esto supone que, de los aproximadamente 80 millones de dólares que las firmas surcoreanas aportaron a los empleados norcoreanos en 2012, Pyonyang habría recaudado aproximadamente 36 millones, más del doble de los 14,1 millones recibidos del Sur en ayuda humanitaria pública y privada el mismo año.
El régimen de Kim Jong-un dirige desde principios de marzo una dura ofensiva de amenazas y hostilidades hacia Seúl y Washington, que incluyen el bloqueo desde el pasado miércoles hasta ayer del acceso de personal y vehículos surcoreanos al polígono industrial conjunto ubicado al suroeste de Corea del Norte.
Especulaciones
La jornada de ayer estuvo marcada por las especulaciones sobre los supuestos preparativos de Corea del Norte para una próxima prueba nuclear.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur tuvo que desmentir públicamente ayer que el movimiento de vehículos y personal detectado cerca de la base nuclear de Punggye-ri, al noreste del país, implique necesariamente un próximo ensayo atómico.
El periódico surcoreano Joongang Daily aseguró por la mañana que recientes imágenes de satélite evidenciaban la próxima detonación de un dispositivo nuclear en la base, afirmación que cobró fuerza cuando el propio ministro de Unificación de Seúl determinó como "muy probable" un próximo test nuclear.
Defensa, en todo caso, tras negar la hipótesis reconoció que "si Corea del Norte toma la decisión, puede realizar en cualquier momento una prueba nuclear" como las llevadas a cabo en 2006, 2009 y el pasado febrero, y que valieron al país comunista sucesivas sanciones de la ONU.
Al margen de los rumores de una cuarta prueba nuclear, se especula que Pyonyang podría realizar un ensayo de misiles, después de que fuentes de inteligencia de Seúl y Washington detectaran el aparente traslado a lanzaderas móviles de dos misiles norcoreanos Musudan, con un rango estimado de hasta 4.000 kilómetros.