
Es frecuente que entre quienes desconocen el significado en toda su extensión de un Ecosistema, cuando escuchan la polémica alrededor de su defensa, consideren que se está hablando de salvar a los pajaritos, de evitar la poda de vegetación que se relaciona con la maleza y por esta vía se percibe a quienes persisten en la protección del medio ambiente como locos ambientalistas que pretenden que la humanidad regrese al taparrabo.
Toda intervención de la naturaleza debería responder a la pregunta ¿Cómo perpetuar la vida de los seres humanos que dependen de los productos y funciones o servicios ambientales que se generan en los sistemas naturales? ¿Cómo atender criterios ecológicos y socioculturales tales como la disponibilidad de agua para consumo humano, preservación de la diversidad natural, agua y suelo para agricultura y ganadería, establecimiento de asentamientos humanos, educación y ciencia, patrimonio histórico? Conceptos planteados por los profesores Alfredo Olaya y Mario Sánchez en el texto “Ecosistemas Estratégicos del Huila”, que toda persona interesada en el futuro del Departamento en particular y en ahondar en la concepción de políticas de desarrollo debería estudiar, ahora que se ha puesto sobre el tapete el manejo de los recursos naturales.
El debate nacional suscitado alrededor de la construcción de un hotel en inmediaciones del parque Tayrona, que altera el equilibrio del bosque seco tropical que aún sobrevive en ese rincón del país, tiene que ver con la preocupación de diferentes sectores sociales sobre la manera de responder algunos de los interrogantes señalados arriba, algo similar ocurre con la explotación aurífera del páramo de Santurbán en Santander y la desviación del río Ranchería en la Guajira para ampliar la extracción del carbón, lamentablemente no ha tenido igual eco la intervención de la Emerald Energy firma multinacional de explotación petrolera en el Cerro de Miraflores declarado Parque Natural Regional por la CAM en el 2005, en razón a la copiosa producción de agua que se genera por condensación y nubosidad a partir de los 2200 msnm, los humedales que alimentan las fuentes de agua que atienden los acueductos de los municipios de Garzón y Gigante e innumerables acueductos veredales de estos municipios, de Algeciras y de una zona del Caquetá y que suministran el agua necesaria para la producción de importantes cultivos de café, frutales y verduras. Las fuerzas vivas del departamento tendrán que hacer mayor ruido si esperan salvar el futuro de este santuario natural.