JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Resalta que su interés no es cuestionar al presidente Santos y menos contradecirlo, por lo que, con cierta diplomacia, sostiene que no va a entrar en un debate de esa magnitud.
No obstante, cuando al exgerente de la Federación Nacional de Cafeteros Jorge Cárdenas Gutiérrez se le pregunta directamente si hay crisis o no en la caficultura colombiana, su respuesta es concreta.
Con el mayor desparpajo asegura que el sector está en una situación difícil y aunque ha habido crisis muy complejas, señala: "Esta es una muy dura, que afortunadamente ha tenido ayuda del Estado, y en algo ha aliviado, pero hay que aceptar que es un momento difícil y los precios que tenemos por los lados de $500 mil, son demasiado bajos para el sostenimiento de la caficultura hoy por hoy".
Así describe los problemas el exgerente, uno de los tres líderes que más ha estado al frente del gremio, junto con Manuel Mejía y Arturo Gómez Jaramillo, el Zar del Café.
Durante 19 años manejó las riendas del gremio, aunque ya había estado como gerente auxiliar por 20 años, tiempos en los que alcanzó a registrar producciones de hasta 16 millones de sacos.
Por eso, ahora que ha caído la producción a cifras de 7,8 millones de sacos y este año probablemente a 7,5 millones de sacos, el dirigente, padre del actual ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, ve con preocupación la situación del sector.
Las complejidades
Entre los principales aspectos que describe en contra, incluye la revaluación del peso, que en su concepto llegó para quedarse. Suma las enfermedades y plagas de los últimos años, además de los efectos en el cambio climático, unido a una baja producción, que han conducido a una de las etapas más complejas. "Si uno mira en términos de dólares, los costos internos en los últimos cuatro o cinco años han subido enormemente por la revaluación, y aunque se han visto precios relativamente buenos, el costo interno es bastante alto", aseguró.
Pese a ello, Cárdenas Gutiérrez no ve entre las soluciones la posibilidad de que el Gobierno garantice un precio de sustentación, por los lados de $650 mil por carga de 125 kilos.
"Puede que me equivoque, pero es que el único país que todavía se mantiene al pie de la caficultura es Colombia, ayudando y soportando los precios internos y tratando de aliviar los problemas de créditos, y dando buenos servicios", aseguró.
¿Qué se puede hacer entonces? Para el dirigente las metas son competitividad y modernización.
En ese paquete, destaca esfuerzos como los que hoy se adelantan, incluyendo árboles nuevos y resistentes, con mayor productividad.
Aunque siempre se pueden hacer más ajustes, no ve mucho espacio por el lado del adelgazamiento del gremio, considerando que la Federación se recogió a raíz de la crisis de los años 90, y hoy hace lo mínimo. "Otra cosa sería llevarla casi a la desaparición de los servicios de apoyo a los productores", indicó.
Contribución cafetera no es viable
Tampoco se mostró a favor de pensar en el aumento de la contribución cafetera, como lo propuso el Gobierno durante el Congreso Cafetero de 2011, pues cree que a estas alturas se trata es de ayudarle al productor. "Entonces quitarle más recursos en este momento es casi imposible", aseveró.
Para el dirigente, modernización implica mejorar, y buscar la forma de salir del círculo vicioso en que se metió Colombia, pero tampoco le suenan las propuesta que han hecho algunos codirectores del Banco de la República, como César Vallejo Mejía y Carlos Gustavo Cano, y el presidente de ANIF, Sergio Clavijo, en el sentido de que Colombia se meta a sembrar robustas.
"Eso significa ir a sembrar en tierras nuevas, en tierras planas, por lo que no pienso que el país tenga buenos costos para competir con África, Asia y con el mismo Brasil".
Además, considera, el país tiene un espacio ganado con una imagen de calidad, e introducir un producto de menor calidad no tendría sentido, poniendo a competir además al resto de los cafeteros en condiciones de desventaja.
Frente al hecho de que hoy la Federación es juez y parte, pues dicta las reglas en términos del café que se exporta, según Cárdenas Gutiérrez, este es un debate por años, fallado en todas las instancias, en donde el gremio tiene las plenas facultades para defender y hacer competitivo al sector.
"No veo porqué, si los cafeteros logran tener una organización que los complementa y les da apoyo, la tengan que desbaratar para dejar la caficultura a la libre competencia", aseveró.
Al ver hoy postrada la producción, asegura que en parte se debió a que la crisis tardó para llegar al país, pues con los recursos que había se pudieron soportar los precios durante un tiempo. Después hubo que complementarlo con ayuda, lo que generó un desestímulo, por la pérdida de rentabilidad.
Hoy de todos modos, considera, es hora de pasar la plana, comenzar a aumentar las producciones hasta los 12 millones y 14 millones de sacos, y volver a ser rentables. "Hay que impulsarlo, porque es evidente que hoy está en riesgo el sector".
La frase
"Es un esfuerzo sin sentido abrirle al país una competencia con un café robusta. Si bien esta variedad representa la mitad del consumo mundial, la otra mitad está en cafés mejores y ahí es donde podemos tener un mejor ingreso".
El dato
Jorge Cárdenas Gutiérrez estuvo cerca de 40 años en la Federación, entre 1983 y 2002. Sin embargo, entre 1963 y 1983, se había desempeñado como gerente auxiliar de la entidad.