Foto | LA PATRIA
En las noches los ladrones se esconden en este y otros lugares para asaltar a los peatones solitarios. Luego huyen por estas escalares. El jueves todo les salió al revés, pues la comunidad está alerta y los detuvo a punta de golpes.
LA PATRIA | Manizales
Los protagonistas de esta corta narración son ciudadanos indignados. Ellos se convirtieron, el jueves en la noche, en héroes de un sector del barrio Chipre. Primero desarmaron a unos ladrones y segundo se los entregaron a la Policía, eso sí antes castigaron a los delincuentes con puñetazos y palazos.
El hecho coincide con la inseguridad que habitantes del mismo lugar denunciaron el 1 de febrero pasado por medio de LA PATRIA. En esa ocasión relataron atracos ocurridos en las avenidas Gilberto Alzate y sobre todo en la José Restrepo, esta última en la conexión entre Chipre y Villa Pilar.
Al terminar la tarde y comenzar la noche, los raponeros aprovechan la oscuridad y la soledad de algunos sectores. Se esconden en matorrales cercanos de la glorieta, en escalas o en sitios contiguos a edificios en construcción.
Sobre el suceso del jueves comentaron: “iban a ser las 8:00 cuando cuatro hombres con cuchillos se abalanzaron sobre una señora. Ella se resistía y por eso la revolcaron”.
Los tipos emprendieron la huida por una calle. De pronto, les salieron al paso personas que acababan de observar el episodio con la mujer. En ese momento comenzó lo que se convertiría para los ladrones en una pesadilla, sin estar dormidos, llena de golpes.
“Atájenlos”
Los ciudadanos detuvieron y desarmaron a un sujeto, le quitaron un cuchillo e iniciaron la persecución de los otros, que saltaron por una manga y siguieron por unas escalas sintiéndose libres.
Sin embargo, definitivamente no era su noche, pues detrás del grito de “atájenlos atájenlos” , surgían más y más personas, todas seguras de que los fugitivos eran parte del grupo que tiene azotada la zona.
Decenas y decenas de personas dejaban de ver televisión o hacía un alto en su momento de descanso, después de un día de trabajo, para unirse contra el hampa.
“Estamos indignados, la Policía nunca llega a tiempo, está claro que necesitamos un CAI móvil, el problema está detectado. Chipre está rodeado de ratas”, fueron algunas de las frases.
Los delincuentes, en el piso y rodeados de gente, pedían clemencia, pero era difícil que los escucharan, pues la que estaba encima era una comunidad indignada.
Lo mejor que les pudo pasar a los ladrones, paradójicamente, es que llegara la Policía. Esta arribó media hora después en motocicletas. Luego los montaron en una radiopatrulla.
Los asaltantes se fueron sin carteras, celulares, billeteras, dinero. Lo que sí llevaban era una carga de golpes en cara, piernas, pecho, espalda.
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Piden denuncias
En la publicación de hace 20 días, el coronel David Benavides Lozano, comandante de la Policía Caldas, manifestó que tras verificar los casos reportados, no halló denuncias formales de la comunidad y eso dificulta la judicialización de los delincuentes. Insistió en que las personas afectadas deben denunciar para adelantar investigaciones.
Por el contrario, la comunidad tiene documentos de denuncias sobre casos puntuales. “De todas maneras, con denuncias o sin denuncias, los ladrones siguen en Chipre y necesitamos que la Policía reaccione”, concluyeron en el barrio.