Se iniciaron las sesiones ordinarias del Concejo de Manizales y la Asamblea de Caldas con importantes asuntos por discutir y definir. De entrada hay que decir que lo primero, y básico, que esperan tanto concejales y diputados como toda la ciudadanía es que los proyectos que lleguen a debate estén muy bien sustentados desde lo técnico, lo financiero y lo jurídico, para que no se pierda tiempo ni recursos en cuestiones intrascendentes y se pueda discutir sobre lo sustancial. Ojalá sirva la autocrítica reciente luego del descalabro de las extras del Concejo de Manizales.
Llama la atención que, con tantos temas vitales por discutir, el Concejo no conociera todavía que la administración tuviera proyectos de acuerdo para presentarlos a debate, por lo que los miembros de esa corporación usarán los primeros días de las sesiones para citar a secretarios de despacho y gerentes de institutos descentralizados a que rindan informe de sus gestiones y expliquen cómo proyectan sus labores para este año. En esto es fundamental no darle más largas a las explicaciones que debe entregar el gobierno local sobre lo sucedido en Assbasalud y en el Ecoparque Los Yarumos, donde se han dado irregularidades evidentes.
Como una forma de advertencia el presidente del Concejo, John Heberth Zamora, durante su discurso de instalación le exigió al alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas Giraldo, y a su equipo de gobierno, que agilicen la creación del Fondo Territorial de Gestión del Riesgo y el diagnóstico de los ajustes al Plan de Ordenamiento Territorial (POT), al cual deben ser invitados los concejales. En lo primero, sin embargo, ya se sabe que tendremos que esperar ocho meses como mínimo para que se estructure el proyecto, y en lo segundo los voceros del gobierno manifiestan que sí se reunirán con ellos, pero que es necesario esperar hasta mitad de año.
El reclamo frente a la discusión del POT no debe ser solo de los concejales, sino de todos los ciudadanos, ya que ese es un proceso que debe abrirse al debate público con los diferentes actores, para que los ajustes obedezcan a las reales necesidades de la ciudad y no solo a la intención del Ejecutivo local. Hay temas acerca de las áreas de cesión, las zonas de expansión y las Piezas Intermedias de Planificación (PIP), por ejemplo, que deben ser analizados desde distintos puntos de vista, para que finalmente salga un POT que ayude a impulsar el desarrollo de la ciudad.
Resulta interesante que se tenga prevista la realización de una sesión conjunta de Concejo y Asamblea de Caldas, para estudiar el estado del macroproyecto de renovación urbana de la comuna San José de la ciudad. Es fundamental que esta iniciativa despegue, por fin, durante el presente año y además de continuar con las obras de la Avenida Colón comiencen a verse los nuevos proyectos urbanísticos y residenciales que le devuelvan su credibilidad.
Para los diputados caldenses también hay asuntos delicados que deben discutirse con gran seriedad, como es el caso de la reforma al Estatuto de Rentas, que lleva ya varios períodos de sesiones sin que logre avances significativos. De hecho, en las pasadas extras se alcanzaron a tener dos debates, pero ante la premura de que se aprobara la adopción del Departamento de la Ley 550, se determinó dejarlo para las sesiones ordinarias instaladas ayer.
De los ajustes que se hagan en dicho proyecto de reforma dependerán los recaudos de impuestos para las próximas vigencias, y la posibilidad de tener recursos propios para responder a las expectativas planteadas en el Plan de Desarrollo. Ante el nuevo panorama financiero de la Gobernación se requiere un gran equilibrio y responsabilidad en la administración de los recursos, para lo que un nuevo Estatuto de Rentas será vital.