Hace año y medio la crisis que vivió Manizales por cuenta de un grave daño en la planta de acueducto Luis Prieto Gómez echó a pique la sentencia según la cual esta ciudad era la capital mundial del agua, como se venía pregonando. Algunos en tono jocoso dijeron, incluso, que era en realidad la capital mundial del balde, debido a que los manizaleños tuvimos que salir a llenar toda clase de vasijas en los carro tanques que la distribuían. Si todo sale bien, en un año podría quedar atrás ese fantasma, y asegurar que ante una nueva avería en las tuberías habrá un plan B para evitar el colapso.
Así lo piensan los actuales directivos de la empresa Aguas de Manizales y del Ministerio de Vivienda, quienes el pasado lunes le dieron vida a un convenio por $12 mil 700 millones para emprender un proyecto que le permitirá a la planta Niza, en el sector del Cerro de Oro, pasar de 600 a 1.200 litros por segundo, lo que evitaría que la capital de Caldas se quede sin agua potable en caso de volver a fallar la Luis Prieto. Siendo realistas, y analizando sus vulnerabilidades, es un hecho que podría repetirse en el futuro, por lo que la ampliación de Niza cobra mucho sentido.
Ahora bien, es necesario señalar que antes de posesionarse y cuando se hablaba del plan blindaje para el acueducto local, el actual alcalde Jorge Eduardo Rojas afirmaba que era posible impulsar dicho proyecto en unos tres meses y que en su administración tal obra sería prioritaria. Está muy bien que el mandatario haya mantenido su compromiso de impulsar el proyecto, pero sí debemos hacer notar la ligereza de sus afirmaciones, pues ya van 16 meses de su gobierno y aún faltan 12 más para que se haga realidad el mencionado anhelo. Son obras de alta complejidad que no pueden tomarse a la ligera.
Vamos ahora sí en camino de convertirnos en la Capital Mundial del Agua, con un plan B suficientemente fuerte y bien concebido como para no volver a tener problemas con el suministro del líquido en el futuro, y con una solidez en ese sentido que nos pone en ventaja frente a las demás capitales de departamento en Colombia. El orgullo que vimos vulnerado hace un tiempo debe ahora volverse a fortalecer y llevarnos a seguir creyendo en un mejor futuro, ya que también quedan dadas las condiciones para seguir creciendo como ciudad.
Debemos tener en cuenta, además, que la cobertura del servicio será tan amplia que la prioridad pasará a ser la mejora de la calidad. Es cierto que las plantas de tratamiento que tenemos garantizan que el agua del área urbana de Manizales pueda consumirse en forma directa de la llave, pero la realidad es diferente en las áreas rurales, donde se requiere un trabajo más decidido para que nuestros campesinos accedan a un líquido en mejores condiciones para su consumo.
De la misma manera, Aguas de Manizales debe comenzar a enfocar sus baterías hacia la mejora del manejo de las aguas residuales, de tal manera que las condiciones de sanidad de nuestras quebradas se mantenga en niveles óptimos y que incluso se pueda fácilmente retomar dichas aguas para el consumo. Se está cumpliendo la tarea de recuperar la confianza en nuestro sistema de acueducto, pero aún hay mucho por hacer para que seamos modelo en cobertura y calidad no solo en Colombia, sino frente al mundo.
Hay que reconocer que en materia de alcantarillados se avanza con firmeza en la ejecución del Plan Maestro en diversos sectores de la ciudad, lo que también juega a favor de destacarnos por el manejo de nuestras aguas. Es necesario que se mantenga ese empeño y que todo se haga pensando en nuestras condiciones geológicas y climáticas, de tal manera que ni el verano intenso ni el invierno exagerado nos vuelvan a dejar en medio de la desesperanza.