Quantcast
Channel: La Patria
Viewing all articles
Browse latest Browse all 108038

Japiberdi y réquiem por Ceja de lujo

$
0
0

María Félix decidió nacer y morir el mismo día de abril (el 8). Se volvió eternidad solo antes de haber convertido en obra de arte el oficio de mujer. "Solo he sido una mujer con corazón de hombre", dijo alguna vez, en una de esas frases pulidas como una vieja sentencia.

Enrique Krauze, el mexicano que escribió la autobiografía de la Doña, diría en el prólogo de Todas mis guerras, que ese corazón era el de Pablo su hermano, a quien suicidaron en su espléndida primavera.

"El perfume del incesto no lo tiene otro amor", corroboró María en una frase que habría podido firmar don José Asunción Silva, el suicida poeta colombiano que todos los días se mira con su amante y hermana Elvira en las paredes de la Casa de Poesía Silva, en el bogotano barrio de La Candelaria.

María Félix se abstuvo de morir de cualquier forma. Escogió el día de sus 88 cumpleaños para abrir el paraguas y partir. Decidió irse del todo en el momento del sueño, esa "obra de ficción" como lo definió Borges.

Como a la Félix no le figuró una bella voz, para desquitarse de este lapsus incluyó en su menú de hombres al charro Jorge Negrete, le admitió una guitarra a Pedro Infante y le alcahuetió piano, boleros y matrimonio al flaco Agustín Lara, a quien lucía como un paraguas debajo del brazo, según el chiste que les hacían sus paisanos. Tal vez su desnutrido marido le inspiró aquella metáfora: "El sexy es el hombre con el que una tiene ganas de hacer el amor cuando lo ve vestido".

Un piloto colombiano de Avianca al que nunca identificó por discreta coquetería, alebrestó el erotismo de algunos de sus días y sus noches. Pero "le metí un poco de coco al asunto y me distancié de él". El piloto diría que la "separancia" se originó en incompatibilidad de mundos. Y convirtió en libro su bolero con María Bonita.

Con la venia de la sala, me declaro el más extraño de los mariafelixólogos. Apenas he visto alguna de sus películas. Pero leí su autobiografía y quedé flechado, como quedó el rey Faruk, de Arabia, que le regaló durante un viaje privado a las pirámides, la diadema de Nefertari, la mujer que le mejoraba el prontuario erótico al río Nilo bañándose desnuda en él. "Yo me entrego gratis a un hombre cuando me gusta, pero no es tu caso...". Y María Bonita le devolvió la diadema convertida en chatarra con su desplante.

La lectura del libro autobiográfico de María debería ser obligatoria para todo católico, ateo, escéptico, troglodita. Es una biblia que les enseña a las mujeres sobre sus derechos y a los hombres nos ayuda a amarlas y respetarlas más. Fue una feminista las 24 horas del día.

Siempre le dijo al pan-pan y al vino-vino.

"Yo no estoy acostumbrada a mentir, ni siquiera en defensa propia".

Hizo de la vida un espectáculo de todas las horas. Vivió y dejó vivir. Todo con una cierta sonrisa, mezclada con goticas amargas del sarcasmo y la ironía.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 108038

Trending Articles



<script src="https://jsc.adskeeper.com/r/s/rssing.com.1596347.js" async> </script>