
Los departamentos de Antioquia, Bolívar, Atlántico, Cundinamarca, Huila y Valle del Cauca cuentan con los mejores programas de erradicación de la pobreza, según una investigación de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (Anspe).
En total, 20 programas de lucha contra la pobreza fueron incluidos por la Anspe en el catálogo de iniciativas de innovación social para la superación de la pobreza extrema, de la Dirección del Centro de Innovación Social (CIS), un documento que tiene como fin presentar iniciativas de la sociedad civil que tienen potencial para convertirse en políticas nacionales.
"En la guía se identifican los actores, es decir quién hace qué en materia de ingresos, trabajo, educación, salud, nutrición, habitabilidad, dinámica familiar, ahorro y bancarización”, explica Carolina Puerta, directora de la CIS.
Para la construcción del catálogo la Anspe, en una primera fase, identificó cuáles fundaciones adelantaban acciones contra la pobreza a través de una vigilancia tecnológica o búsqueda por internet y por medio de un rastreo de vínculos, también llamado bola de nieve, es decir el voz a voz.
De esta forma, se encontraron 79 organizaciones y 104 iniciativas de las cuales se seleccionaron 20, pero solo 5 se compartieron públicamente durante la presentación del catálogo.
Para la evaluación se tuvo en cuenta que el programa llevara mínimo un año de funcionamiento, que ofreciera innovación social, que fuera efectivo, que tuviera visibilidad y que fuera susceptible de replicas o escalas en otras ciudades del país.
Además, solo se evaluaron proyectos económica, social y ambientalmente sostenibles que se hubieran construido con la sociedad o a través de alianzas público-privadas.
El objetivo de estos esfuerzos tenía que estar dirigido a identificar las necesidades fundamentales de la comunidad que no fueran cubiertas por el Estado para luego beneficiar a la mayor cantidad de personas por medio de un empoderamiento comunitario a través de actividades de alto impacto.
Según cifras de la Anspe, en Colombia el 34% de las personas viven en situación de pobreza y el 11% en pobreza extrema, es decir más de un millón de familias que viven con menos de 1,25 dólares al día según el Banco Mundial.
En este proceso, la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema contó con el acompañamiento y apoyo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal).
ERRADICANDO LA POBREZA DESDE LA INCLUSIÓN SOCIAL
Si algo tienen en común los programas seleccionados por la Anspe para constituir el catálogo de iniciativas de innovación social para la superación de la pobreza extrema, es su esfuerzo por lograr una comunidad más igualitaria por medio de la integración de todos los sectores de la sociedad.
En Medellín, por ejemplo, se logró transformar uno de los barrios más abandonados por el Gobierno en un espacio de integración urbana. Moravia era un relleno sanitario que en 1982 sumó un millón y medio de toneladas de residuos no clasificados, sin embargo, contaba con 17.000 habitantes.
Fue por medio del trabajo de madres cabeza de familia que en Moravia logró una restauración ambiental, lo que condujo a un cambio social. En 2006 la zona fue declarada de calamidad pública y las familias de la zona fueron reasentadas. Luego de la intervención, la montaña de 35 metros de basura desapareció lentamente y hoy goza de ser un jardín comunitario compuesto por humedales artificiales.
En Atlántico se lograron resultados similares por medio de la educación con los programas ‘Lectores saludables’ y ‘Jóvenes emprendedores’ de la Fundación Promigas. El primero consiste en crear hábitos de lectura en niños de preescolar y básica primaria, el segundo es un programa que organiza las competencias de los estudiantes de último grado y las desarrolla para capacitarlos en áreas laborales que les generen sus propios ingresos y a largo plazo les permitan independencia económica.
Una experiencia similar se vivió en el corregimiento de La Boquilla (Bolívar) cuando la fundación ProBoquilla con su iniciativa ‘Cartagena crece innovando’ democratizó el acceso a la información a través de internet. El servicio llegó al colegio de un corregimiento de 17.000 personas con el objetivo de que docentes y estudiantes descubrieran las ventajas de la fusión entre educación y tecnología.
Finalmente, durante la presentación del catálogo la Fundación Formación del Futuro, a través de su programa ‘Proyectos de vida’, en función desde hace 10 años e integrado por voluntarios, le dio una oportunidad a quienes habían vivido amparados bajo la protección del Estado por mucho tiempo y ahora tenían que salir a hacer sus propias vidas.
Así se crearon los centros de protección, unas casas donde los jóvenes en dos años aprenden cosas básicas sobre la vida cotidiana como cocinar o lavar para luego capacitarse en áreas específicas que les permitan acceder a un trabajo. Además, los internos reciben un acompañamiento permanente por parte de voluntarios que alguna vez fueron beneficiarios y hoy quieren enseñarles a otros cómo elaborar su propio camino.