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Seúl promete dura respuesta en caso de eventual ataque

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EFE | LA PATRIA | Seúl

La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, prometió ayer una "dura respuesta" a un eventual ataque norcoreano, en plena tensión entre amenazas diarias de Pyongyang y la reciente llegada a Seúl de aviones de combate de Estados Unidos para ejercicios militares. La dirigente conservadora surcoreana ordenó al Ejército "responder con fuerza en la etapa inicial, sin tener en cuenta consideraciones políticas" en caso de "cualquier provocación" contra ciudadanos o territorio de Corea del Sur.

El contundente tono de la jefa de Estado y el envío de aviones de combate F-22 Raptor de EEUU a territorio surcoreano contrastan con el ambiente de tranquilidad en las calles de Seúl y el resto de país, e incluso en el complejo conjunto de Kaesong situado en Corea del Norte.

 

A proteger al pueblo

Park, que hace poco más de un mes se convirtió en la primera mujer en alcanzar la presidencia de Corea del Sur, remarcó ayer la importancia de "proteger al pueblo de las amenazas" norcoreanas en una reunión con el ministro de Defensa, Kim Kwan-jin.

Este, por su parte, presentó un informe del plan de emergencia de "disuasión activa" del Ejército, que adelanta la implantación de nuevos sistemas de defensa que permitirán lanzar una acción preventiva contra Corea del Norte si muestra signos de inminente ataque nuclear o de misiles.

La presidenta y el ministro de Defensa se citaron escasas horas después de que EEUU anunciara el envío a Corea del Sur de aviones de combate F-22 Raptor, que participarán en las maniobras militares anuales conjuntas de ambos países, en curso hasta finales de abril.

Expertos locales temen que la llegada de los F-22 -uno de los cazas más avanzados con tecnología para evadir radares y realizar guerra electrónica- genere reacciones de Corea del Norte, que días atrás ya respondió con duras amenazas a la presencia de submarinos y aviones nucleares estadounidenses en el Sur.

El régimen de Kim Jong-un, por su parte, celebró ayer la reunión de su Asamblea Popular Suprema (Parlamento), una importante cita que suele tener lugar una o dos veces al año y que podría deparar decisiones políticas que marquen el futuro rumbo del Estado.

A pesar de la relevancia del cónclave, los medios estatales norcoreanos no han ofrecido detalles sobre el mismo, en el habitual secretismo que caracteriza al país más hermético del mundo, donde cada información es susceptible de tratarse con la más absoluta confidencialidad.

La página web de la agencia estatal KCNA omitió referirse a la cita parlamentaria, mientras la televisión KCTV emitió un detallado reportaje sobre la sesión plenaria que el Partido de los Trabajadores celebró ayer.

En tal sesión el líder norcoreano prometió, bajo una gran lluvia de aplausos, ampliar el arsenal de armas atómicas como parte de la nueva estrategia de doble vía del régimen de impulsar tanto "el progreso de la economía" como "el desarrollo de su potencial nuclear".

Este último desafío llegó en una semana de gran tensión en la que Pyongyang aseguró situarse en "estado de guerra" con el Sur, cortó la línea de comunicación militar -única vía de contacto que mantenía con Seúl- y amenazó con cerrar el complejo conjunto de Kaesong en su territorio.

Sin embargo, en Seúl no se teme un ataque inminente ni se han detectado movimientos de las tropas del país vecino, e incluso ayer los empleados surcoreanos que trabajan en este complejo ubicado en el Norte pudieron acceder a sus puestos con normalidad.

Kaesong, último vestigio de la época de acercamiento que ambas Coreas protagonizaron a principios de los 2000, funciona con capital del Sur y mano de obra barata del Norte.

La crisis política y militar que hoy vive la península coreana se prolonga ya durante casi un mes desde el pasado 7 de marzo, cuando la ONU impuso nuevas sanciones a Corea del Norte, que reaccionó con duras amenazas a Seúl y Washington.

Estas amenazas se fueron incrementando y diversificando a medida que los aliados proseguían con maniobras militares en la región, de las que ayer la agencia surcoreana Yonhap ha ofrecido impactantes imágenes con ensayos de fuego real de carros de combate y helicópteros.

EE.UU. acerca buques de detección

Washington. Estados Unidos ha ordenado desplazar un destructor con capacidad de interceptar y destruir misiles y una plataforma móvil con un radar, ante las amenazas de Corea del Norte, según informaron ayer varios medios estadounidenses.

Se trata, por un lado, del buque USS Fitzgerald, equipado con un sistema de defensa contra misiles balísticos, según indicaron al canal NBC fuentes del Departamento de Defensa que exigieron el anonimato.

No obstante, las mismas fuentes insistieron en que no hay ningún indicio de que Corea del Norte esté a punto de realizar un lanzamiento de misil, en la misma línea de lo asegurado poco antes por la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

El buque USS Fitzgerald es de los 15 destructores de misiles que EE.UU. desplegó en su momento para controlar las amenazas globales de misiles y llegó en octubre de 2004 a Japón para unirse a la Séptima Flota de EE.UU.

Por otra parte, según la cadena CNN, Estados Unidos también ha iniciado el desplazamiento a la zona de la plataforma naval SBX-1, que cuenta con un radar en su parte superior, para vigilar posibles movimientos militares norcoreanos.

Estos movimientos se producen en un momento de escalada de tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte después de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, declarara que el país se encuentra en "estado de guerra" con el sur.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reiteró ayer que Estados Unidos se toma muy "seriamente" la "provocaciones" de Corea del Norte, pero aseguró que EE.UU. no ha visto de momento "acciones que respalden la retórica" hostil de Pyongyang.

 

Fotos | Efe | LA PATRIA

Varios tanques de la unidad de infantería mecanizada cruzan el río Bukhan en Hwacheon, a 118 kilómetros al noreste de Seúl (Corea del Sur), bajo la protección de helicópteros de ataque.

 

Soldados surcoreanos fotografiados tras una escultura que representa la división de las dos Coreas en el lugar donde se encontraba el tercer túnel de infiltración construido por Corea del Norte, dentro de su vecino del sur.


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